No aporto nada nuevo si describo a los alumnos de nuestras aulas como alumnos diversos,diferentes,con características personales,sociales,culturales que los distingue y los hace especiales,aspecto que se traduce también en distintas necesidades,intereses,motivaciones,expectativas...
Pero,¿por qué nos empeñamos en subrayar y remarcar la palabra "diferente" como si se tratase de una barrera que nos impide trabajar como docentes y un obstáculo para que los alumnos aprendan?¿Acaso no podemos utilizar estas diferencias para enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje?
¿No pueden aprender los alumnos,incluso nosotros mismos compañeros docentes,algo nuevo de lo que aporte un alumno?Sus experiencias y vivencias ayudan a dar realidad a los contenidos educativos.No debemos obviar este aspecto y dejar que nuestros alumnos se impliquen y participen del buen funcionamiento del aula y lo hagan de la mano,conociéndose unos a otros.
Desde el ámbito educativo hablamos de atención a la diversidad haciendo hincapié en la respuesta y las medidas que cada alumno necesita,pero olvidamos un aspecto fundamental:¿aprovechamos todo aquello que el alumno nos puede ofrecer?¿Le damos la oportunidad para que nos enseñe algo? porque,¿podremos aprender alguna cosa nueva?O por el contrario,¿poseemos todo el conocimiento científico y profesional que necesitamos?
Creo que como profesionales de la educación debemos hacer un acto de autorreflexión y concluir si no es más enriquecedor un ambiente en el que el alumno siente que participa y contribuye a su proceso de aprendizaje y al de sus compañeros de forma activa,y no concibe que sus rasgos y características personales lo hacen peculiar o único,y de alguna manera lo separa y distancia del resto.
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